Up-X: Employee Experience

Desde que las empresas están trabajando con el compromiso en las organizaciones, los patronos se han percatado que existen ciertas experiencias que provocan que los empleados se comprometan con el trabajo. Dada las nuevas tendencias y los nuevos cambios de vida de éstos, las compañías han comenzado a ver a sus empleados como sus nuevos clientes enfocando sus esfuerzos en la experiencia del empleado.

¿Por qué hay que tratar diferente a los empleados?

Cuando un cliente compra un producto o adquiere un servicio, vive una experiencia. Las personas buscan en las redes sociales como otros califican el lugar, y así mismo lo hacen los candidatos. Cuando un individuo compra unas vacaciones “todo incluido”, realiza una búsqueda en internet para obtener información sobre cómo es el hotel, la aerolínea que utilizará, lee recomendaciones de otros viajeros, etc.; lo mismo sucede con las empresas hoy día. Páginas de internet como GlassDoor, Indeed, o el mismo Facebook, son utilizadas por individuos de manera anónima o personal para hablar sobre cómo es su experiencia en el trabajo; permitiendo que otros obtengan información para escoger donde desean o desearían trabajar. Hace 10 o 20 años atrás los candidatos estaban dispuestos y aceptaban las condiciones de quien los contratara hasta el final. En la actualidad es todo lo contrario, las compañías tienen que buscar en ese mercado los mejores empleados. Esta es la razón principal por la que hoy los empleados son vistos como los nuevos clientes, porque finalmente están siendo considerados como parte del valor agregado que generan las empresas.

Engagement, Retención y Resultados

Para generar este valor agregado los patronos deben enfocar la experiencia del empleado en tres puntos claves: engagement (compromiso), retención y resultados. Se puede medir el compromiso del empleado al conocer cómo habla de la compañía a sus amigos o familiares, con preguntas como: “oye, ¿qué tal ha sido la experiencia de trabajar en tal lugar?” y observando como la persona se expresa de la compañía, como describe a sus supervisores y su ambiente laboral.  También, puede medir el deseo del empleado de permanecer en la organización y por último sus contribuciones y resultados. Esto bien puede ser el deseo del empleado de dar la milla extra cuando se le piden el 100% de esfuerzo y este quiera u ofrece un 110%.

En la actualidad un empleado joven puede permanecer de 3 a 4 años en una compañía, mientras que los estudios confirman que antes el periodo fluctuaba en alrededor de 10 años. Tomando en consideración que hoy en día los ciclos laborales son mucho más cortos que en el pasado, las empresas deben asegurarse, que en cada momento de la vida del empleado genere valor para este. Por ejemplo: el trato en el momento de contratación, o algo tan sencillo como preguntarle cómo le va, o como la compañía puede apoyarlo, para saber realmente si la propuesta de valor que la empresa propone se está cumpliendo o no. De esta manera, se puede promover la retención y manejar estos puntos de una mejor forma que a esperar cada año o dos años, durante el proceso de evaluación del empleado. Durante el periodo que la empresa no toma en consideración la experiencia del empleado las prioridades y objetivos de éstos cambian o no se han completado según sus expectativas, lo que puede resultar en renuncia.

La búsqueda de experiencias

Hoy día, las personas buscan experiencias en el trabajo. Según la revista de Harvard Business, mediante una encuesta a empleados gerenciales, se les preguntó qué hicieron para que tuvieran tanto potencial en vivir como desean o para obtener los resultados que hoy está recibiendo. Éstos hablaron de experiencias y nunca tocaron el tema de salarios. Mencionaron que, si quieres empleados innovadores, hágale vivir experiencias.

Las generaciones han cambiado drásticamente en las pasadas décadas. Las nuevas generaciones desean experiencias y beneficios distintos a los que quieren las generaciones anteriores, porque los momentos de vida cambiaron. Así como han cambiado las costumbres y la vida cotidiana, ha cambiado el trabajo. Las empresas deben comprender el paquete de beneficios que quiere la nueva generación y adaptarse a estas demandas, tomando en consideración, además del salario, el permitir a los empleados vivir nuevas experiencias y nuevos retos.

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